Un escáner láser 3D permitirá preservar virtualmente los sitios arqueológicos para su estudio, monitoreo y puesta en valor, permitiendo ampliar el conocimiento acerca del pasado de la región.
Gracias al financiamiento del Gobierno Regional a través de un Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) Aysén 2017 (proyecto “Aisén Milenario: Acciones para Investigar, Proteger y Difundir el Patrimonio Arqueológico”), adjudicado por la línea de Arqueología y Patrimonio del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), se gestionó la adquisición de un equipamiento tecnológico de alta gama para el estudio, monitoreo y puesta en valor del patrimonio arqueológico de Aysén, objetivos relacionados con investigación, difusión y protección; entendiendo que en todos los casos el fin último es ampliar el conocimiento del pasado de nuestra región.
La adquisición de este equipamiento es fundamental para desarrollar investigación con estándares internacionales y actualizados, así como para posibilitar el análisis y seguimiento del estado de conservación del Patrimonio Arqueológico de la región de Aysén y su consiguiente puesta en valor. Esta importante tecnología permite el relevamiento de datos espaciales en terreno y su reproducción posterior, contribuyendo a los estudios científicos y dando la oportunidad de registrar en alta precisión y de manera tridimensional los sitios arqueológicos. Muchas veces la lejanía o condiciones no permiten frecuentar, como se quisiera por los científicos, cada sitio y cada vez que se requiere. Por esto, los investigadores Amalia Nuevo Delaunay y César Méndez optaron por utilizar este innovador escáner para sus análisis y registros, lo que, a su vez, trae grandes ventajas en la protección del Patrimonio, ya que permite archivar el estado actual (línea de base) para preservarlo para el futuro, facilitar el “acceso” remoto a los sitios y garantizar un acceso democrático a la información patrimonial.
El proceso de registro mediante este escáner incluye la obtención en terreno de imágenes tridimensionales con un detalle ajustado al milímetro de definición de los sitios arqueológicos (sean éstos cueva, reparos rocosos u ocupaciones al aire libre). Permitiendo “llevar” los sitios arqueológicos al laboratorio. “El principal beneficio es poder continuar investigándolos a la distancia, incluyendo análisis espaciales de los sitios, los materiales presentes en los mismos y las posibles excavaciones llevadas a cabo. Para proteger es necesario valorar, para valorar hay que conocer, para conocer hay que difundir, y para difundir hay que investigar. Así, el rol de la investigación arqueológica es el pilar de cualquier acción posterior de protección y difusión” nos comenta la arqueóloga e investigadora Amalia Nuevo Delaunay.
Particularmente, este equipo funciona capturando 500.000 puntos por segundo, con diferentes modalidades de medición. En el caso de estos estudios se están tomando 30 fotografías en un rango de 4 minutos para capturar panorámicamente el coloreado de los puntos, llegando a obtener una gran precisión. Debido al constante paso de nubes y diferencias de luz y sombra, en la mayoría de los casos, se optó por capturar imágenes en HDR (High Dinamic Range), lo que significa que el escáner toma 3 fotografías en distinto nivel de luminosidad y luego las une adaptando de mejor manera los tonos de color.
Un correcto conocimiento de la temporalidad y características de las ocupaciones humanas de los sitios arqueológicos son, en última instancia, el contenido que las personas reciben de parte de los investigadores en el proceso de difusión y transferencia de conocimientos. Las investigaciones, además, son de largo desarrollo, puesto que no concluyen con objetivos puntuales, sino son revisitadas por los investigadores en ciclos más largos. Para esto, es fundamental evitar que los sitios arqueológicos sean destruidos o deteriorados, en cuyo caso la proyección de la investigación es imposible. A su vez, los conocimientos específicos derivados de la investigación y estudios otorgan las conclusiones que son posteriormente transmitidas a las comunidades involucradas y tomadores de decisiones. Es en este contexto es que resulta de gran importancia la incorporación de este tipo de tecnología que beneficiará la investigación arqueológica y por ende a las comunidades locales en el conocimiento de su propio patrimonio cultural material.