Gracias al financiamiento de la inédita iniciativa de MinCiencia y la ANID, se impulsará un proyecto de monitoreo de agua subterránea liderado por la Universidad de Aysén. El proyecto busca desarrollar un modelo de predicción de precipitaciones mediante una red de sensores en ríos y otras fuentes hídricas de la zona.
Aysén.- Como parte de los esfuerzos del Gobierno para enfrentar la compleja crisis hídrica por la que atraviesa Chile, el Ministro de Ciencia, Andrés Couve, junto a la Directora de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, Aisén Etcheverry, dieron a conocer los 21 proyectos seleccionados del Fondo de Investigación Estratégica en Sequía, convocatoria extraordinaria de $6 mil millones para promover el desarrollo de soluciones de I+D frente a esta emergencia.
Según explicaron las autoridades, la invitación a la comunidad científica nacional, que se realizó en el mes de septiembre, busca acelerar los resultados de aquellas líneas de investigación y desarrollos tecnológicos que promueven un mejor manejo de los recursos hídricos y que aporten al diseño de políticas públicas y a la toma de decisiones en la materia.
“Al igual como lo hicimos para enfrentar la pandemia, esta convocatoria inédita nos permitirá apoyar a 21 proyectos de excelencia en áreas como las ciencias agrícolas, ingeniería, microbiología, oceanografía y geografía, para contribuir con nuevo conocimiento y soluciones tecnológicas a los desafíos de la sequía y sus consecuencias. La convocatoria es el resultado de un aprendizaje de cómo el Ministerio de Ciencia se constituye en una pieza estratégica en la respuesta del país frente a una emergencia como esta, integrando el desarrollo de conocimiento a los esfuerzos públicos y privados que se han impulsado desde la Mesa Nacional del Agua y el Comité de Ministros por la Sequía”, señaló el ministro Andrés Couve.
Según explicó la autoridad, la iniciativa se enmarca en el Plan de Emergencia contra la Sequía del Gobierno que busca aumentar la disponibilidad de agua, y mejorar la eficiencia en su uso a través de la inversión en infraestructura, de fomento al riego y mediante medidas regulatorias y de gestión.
“Hoy estamos ante un escenario crítico con efectos que se proyectan en el largo plazo. Frente a esto, nuestro país cuenta con evidencia científica relevante para la transición hídrica y para mitigar los efectos de la sequía en la calidad de vida de las personas y en el desarrollo económico y productivo”, añadió el ministro Couve.
Del total de postulaciones recibidas en esta convocatoria se adjudicó el 55% de los proyectos, los que serán desarrollados en el plazo de un año por centros y universidades en regiones, desde Tarapacá hasta Aysén. Entre las iniciativas seleccionadas se encuentran sistemas de monitoreo y alerta temprana, propuestas para la recuperación de aguas residuales, estudios sobre el impacto de la sequía en cultivos, tecnologías para la sustentabilidad hídrica en la industria agrícola y minera, y herramientas para el desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza para mitigar los efectos de esta emergencia.
“Una de nuestras prioridades como ANID ha sido, a través de la investigación, adaptarnos de forma ágil a los temas país, para afrontar este tipo de crisis que hoy nos afecta. Con este concurso buscamos acelerar la generación de conocimiento científico y tecnológico, desde las capacidades ya existentes en nuestro país, que contribuya a resolver los desafíos y oportunidades relacionados directamente a la escasez hídrica y sus consecuencias en Chile. Este concurso logró salir rápidamente gracias al trabajo de todo el equipo que estuvo detrás de la convocatoria, logrando resultados en un tiempo récord desde su apertura hasta su adjudicación”, señaló, Aisén Etcheverry.
Monitoreo de agua subterránea en Aysén
La investigación asociada al Fondo de Investigación Estratégica en Sequía estará presente en la Macrozona Austral, en específico, en la Región de Aysén a través del proyecto “Sistema de alerta temprana para el manejo de la sequía en agua subterránea y superficial en la Patagonia”, liderado por el investigador Gerard Olivar.
Se trata de una iniciativa de la U. Aysén que se adjudicó aproximadamente $300 millones de pesos para desarrollar una herramienta de predicción en torno a los diferentes escenarios de precipitaciones posibles y la cantidad de agua disponible a través de una red de sensores en ríos y fuentes hídricas de la zona.
La seremi de Ciencia de la macrozona austral, Pamela Santibáñez, indicó que el Ministerio de Ciencia, en conjunto con ANID, “representan un punto de inflexión para los sistemas de CTCI de la región, que corresponde a un tercio de la superficie del país. La iniciativa, adjudicada por la Universidad de Aysén en conjunto con el Centro Regional (CIEP) y la Dirección General de Agua Regional, tiene alta pertinencia territorial teniendo en cuenta que, de las 10 comunas de la región de Aysén, 9 se clasifican como rurales, y solo 1 -Coyhaique- como predominantemente urbana. Las comunas rurales abarcan el 93% del territorio regional y albergan el 44% de la población”.
Agregó que, “este proyecto, que está centrado en un sistema de alerta temprana para manejar la sequía, permitirá monitorear las APRs (Agua Potable Rural), proveerá de una herramienta de manejo para las comunidades asociadas a sus APRs y estudiantes. Además, aumentará las capacidades científicas instaladas en la región, que presenta uno de los sistemas de CTCI más pequeños del país (55 investigadores con grado de doctor versus 9 mil en la RM). Tal cual lo demostró la crisis sanitaria, la existencia de sistemas de CTCI es crítica para la vida de las personas en las regiones, necesitamos enfrentar la crisis climática y adaptarnos a los cambios irreversibles que ya están ocurriendo”.