Uber va a despedir a 3.700 trabajadores en todo el mundo y va a cerrar permanentemente 180 centros de atención a los usuarios (conductores y repartidores). Se trata de la primera de una serie de medidas que planea llevar a cabo la compañía para reducir los costes, y que anunciará a lo largo de las próximas dos semanas, como consecuencia de la crisis desatada por la pandemia del coronavirus.
Según asegura un portavoz de la compañía, “con la gente realizando menos viajes [por el Covid-19], la desafortunada realidad es que no hay suficiente trabajo para muchos de nuestros empleados de atención al cliente de primera línea. Y como no sabemos cuánto tiempo llevará una recuperación, estamos tomando medidas para alinear nuestros costes con el tamaño de nuestro negocio actual. Es una decisión difícil, pero es la correcta para ayudar a proteger la salud a largo plazo de la empresa y garantizar que salgamos más fuertes de esta crisis”.