Las 3,9 hectáreas, corresponden al Monumento Histórico y que deberán conservar, proteger su ecosistema y mantener su historia.
Caleta Tortel.- Tortel es un lugar único en la Patagonia chilena. En su caleta, habitan alrededor de 600 personas, no existen las calles y solo es posible recorrerlo a través de sus interminables pasarelas y escaleras que dan forma a la ciudad. La energía que envuelve el lugar es única, así como también la historia que hay tras la Isla de los Muertos, que se ubica a tres kilómetros de distancia y que intriga a todo aquel que la conozca.
En su visita a Tortel, el subsecretario de Bienes Nacionales, Álvaro Pillado le entregó un permiso de ocupación a la Municipalidad, para proteger y conservarla. “La Isla de los Muertos es parte de la historia de Tortel, es por eso que para el Ministerio de Bienes Nacionales es muy importante concretar este hito, entregar en administración a la Municipalidad. Estamos muy agradecidos que hayan querido hacerse cargo, y ponerlo en valor y protegerlo. Hablamos de un Monumento Histórico y esperamos que podamos tener una mejor proyección de la Isla y que más personas puedan visitarla”, aseguró el subsecretario de Bienes Nacionales, Álvaro Pillado.
Para conocer el enigma de la Isla y la historia tras las más de 30 cruces que forman el cementerio, hay que remontarse entre los años 1904 y 1908. La historia cuenta que, en esos años, se estableció la Sociedad Explotadora del Baker, con fines forestales y fueron 120 hacheros chilotes y primeros colonos contratados, iban por seis meses a trabajar, pero muchos nunca salieron de ahí.
“Cuando vengo a la isla, nunca dejo de sentir algo extraño, algo especial. En época de turistas la visito todos los días y siempre hay algo nuevo que me sorprende y alguna duda que surge. Llegar aquí no es como estar en cualquier lugar, debe existir un respeto por estas personas que son parte de nuestra historia y en especial de la comunidad de Tortel”, aseguró Jorge Arratia, relator y habitante de Caleta Tortel al recorrer la Isla.
Para conocerla, hay que viajar alrededor de 30 minutos en lancha por la desembocadura del Río Baker y al llegar, solo basta caminar un par de metros para sentir un aire distinto y develar el cementerio con las cruces originales de madera de Ciprés y que representan a los trabajadores que fallecieron por intrigantes y misteriosas causas.
Aunque no hay una versión oficial del motivo de las defunciones, hay algunas teorías. La primera dice que fueron causadas por la epidemia de escorbuto. Otra señala que fue producto de un envenenamiento accidental por ingesta con harina contaminada con antisárnico.
También existe la hipótesis de muerte intencional, a manos de la propia Compañía para no pagar los sueldos a los trabajadores. Y la última dice que una embarcación efectivamente iba a rescatarlos, pero naufragó antes de llegar. En 1998, un equipo de arqueólogos exhumó una de las tumbas, sin embargo, no se encontraron osamentas para corroborar alguna teoría, dada la humedad o acidez del suelo.
“En esa oportunidad tampoco se pudo determinar con exactitud las causas de la muerte, solo se encontraron 3 piezas dentales y 4 botones. Por eso, lo interesante de visitar la Isla es que uno puede hacer un juicio propio, sacar distintas conclusiones y crear nuevas preguntas de lo que pudo haber pasado con los colonos, simplemente observando lo que entrega el lugar”, contó Jorge Arratia, relator y habitante de Caleta Tortel.
Desde aquella tragedia han pasado más de 100 años, y en 2001 el lugar fue protegido como Monumento Nacional. En este sentido, la semana pasada, el subsecretario de Bienes Nacionales, Álvaro Pillado llegó hasta la Isla para entregarle un permiso de ocupación de 3,9 hectáreas a la Municipalidad de Tortel, para que conserven el ecosistema y protejan la historia de la Isla, que antes de la pandemia recibía a miles de turistas.
Sumado a sus valores históricos, la Isla de los Muertos es un lugar único que mezcla la vegetación con un paisaje marcado por la cordillera nevada, con un ecosistema poco común, una variada fauna, con bancos de especies de moluscos de agua dulce en peligro de extinción, lo que lo convierte en un lugar de alto interés científico además de turístico. “Como administración es un hito muy importante, porque ahora nos haremos cargo de las mantenciones, de su cuidado y podremos tener más información sobre el número de personas que lo visitan y también podremos trabajar en colaboración con los operadores turísticos que trabajan en Tortel”, contó el alcalde de Tortel, Abel Becerra.